viernes, 8 de febrero de 2013

Opción vegetariana desde el colegio

Recreación

Los colegios públicos vascos han empezado a ofertar, por primera vez, un menú vegetariano que incluye huevos y lácteos como únicos alimentos de origen animal.

Fuentes del Departamento vasco de Educación han informado a la agencia Efe de que el menú escolar incluirá desde este curso una opción ovolactovegetariana, una modalidad de la dieta vegetariana que es menos estricta, ya que admite la ingesta de huevos, leche y sus derivados.
Este menú de opción ovolactovegetariana será una opción más junto con el menú estándar y el que no incluye cerdo, pensado para los escolares musulmanes que por motivos religiosos no consumen alimentos derivados de este animal.

Además, los centros escolares vascos ofrecen el menú estándar adaptado a niños con intolerancias o con alergias a determinados alimentos por prescripción médica.
El precio de los tres menús será el mismo y el vegetariano empezará con un plato «ligero» que podrá ser una crema, una ensalada, verduras o hidratos de carbono como arroces o pastas.
El segundo plato, igual que el menú común, contendrá el aporte de proteína necesario mediante alimentos de origen vegetal (legumbres, tofu o seitán) o hechos con huevo (tortillas y revueltos).
Finalmente, los escolares que soliciten este menú tomarán de postre fruta o lácteos y sus derivados.

El Departamento de Educación ha implantado este menú basado en los alimentos de origen vegetal a raíz de la reclamación de una familia de Vitoria, cuya hija estudia en la Ikastola Zabalgana de la capital alavesa. El padre de la niña, Víctor Goñi, explicó en su día a Efe que solo pedía que se respetara el derecho de su hija a no comer ni carne ni pescado, que es el mínimo que se puede solicitar como vegetariano y que no reclamaba alimentos ecológicos, biológicos o integrales.
Después de mucho batallar, el Departamento de Educación ha aceptado la petición de esta familia y ha optado por implantar un menú vegetariano que sea lo suficientemente completo como para que los niños no necesiten tomar complementos alimenticios.

Niño feliz por comer verduras
Así, se ha decantado por una dieta ovolactovegetariana que, al igual que la dieta básica, aportará en torno al 30 o 35 por ciento del total de las necesidades de energía diaria de los menores y supondrá unas 750 u 875 kilocalorías.
El Gobierno Vasco ha elaborado un modelo tipo de menú para tres meses, sugerido para los comedores escolares de gestión directa, con el fin de que sirva de guía en la planificación de los menús ovolactovegetarianos.

Así, dos menús tipo sugeridos consistirían en «pasta salteada con verduras, tortilla de calabacín y fruta» o «sopa de arroz, garbanzos con espinacas y queso con membrillo».

jueves, 7 de febrero de 2013

Hamburguesas artificiales


La primera hamburguesa artificial, apta para vegetarianos y veganos, no saldrá de una de las grandes cadenas de comida rápida repartidas por el mundo. Está siendo elaborada en un entorno mucho menos llamativo: el laboratorio del departamento de Fisiología de la Universidad holandesa de Maastricht.

Mark Post
Su jefe, Mark Post, ha cultivado células madre de vaca en suero fetal de bovino hasta conseguir tejido muscular. El proyecto cuesta unos 250.000 euros. Lo que no quiere desvelar es la identidad de su patrocinador. Un personaje del que solo ha dicho que desea reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la cría de ganado. Y con ello, el número de cabezas sacrificadas para el consumo. “No es un tipo famoso, ni tampoco británico”. “Es de fiar y capaz de convertir en oro todo lo que toca”, ha declarado.


El fisiólogo Post ha aprovechado para su carne sintética los conocimientos extraídos durante las dos últimas décadas en los experimentos con células madre. De momento, cuenta con una tira de músculo de entre 2 y 3 centímetros de largo, casi 2 de ancho y medio milímetro de grosor. Luego deberá añadirle grasa, obtenida de la misma forma. Para la hamburguesa, necesitará cerca de 3.000 tiras de músculo y 200 de grasa, además de varias semanas de cultivo en el laboratorio. Si la primera pieza ha resultado muy costosa, Post sostiene que con los fondos adecuados y el visto bueno de las autoridades sanitarias, en una década podría pasarse a la producción industrial.

“El Gobierno holandés se ha involucrado en este proyecto porque el país es uno de los mayores productores de animales de granja”. 

Tampoco olvida que la demanda mundial de carne se multiplicará en los próximos 40 años, con el consiguiente deterioro ambiental derivado de la crianza en explotaciones ganaderas.
Ante sus colegas, Post se ha mostrado también entusiasta.


“Mostraremos que gracias a las células madre surge un producto similar, esperamos que también en sabor, a la carne. Con unas cuantas cabañas de animales donantes (muchos menos que los sacrificados en mataderos a diario) tendríamos suficientes células madre para la carne”. 

Dijo durante la conferencia anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, recién clausurada en Vancouver (Canadá). Un equipo de bioquímicos de la Universidad estadounidense de Stanford (California) elabora asimismo carne artificial. En su caso, tratan de extraerla de cultivos de maíz, trigo, o bien soja y arroz.
Para el Grupo estadounidense en Defensa del Trato Ético de los Animales (PETA), que cuenta con dos millones de miembros y simpatizantes, la hamburguesa artificial puede ser muy beneficiosa. “Está producida sin gases de efecto invernadero ni basuras. Si la consiguen en cantidades comerciales, no tendremos objeciones de tipo ético”, han manifestado sus portavoces. Una cosa sí tendrá que mejorar el equipo de la Universidad de Maastricht antes de presentar en sociedad la carne. Es el color, todavía entre rosado y amarillento.